lunes, 4 de julio de 2011

A mi madre...

Barro soy entre tus manos
pues has hecho de mi
pieza única de alfarería,
moldéame como quieras.
Yo salí de tus caderas
y bebí vida de tus senos,
ví el mundo con tus ojos
a tu imagen y semejanza.
Carne soy de tu carne,
orgullosa estoy pues
de llamarte madre.
Madre, tú, mis cimientos,
mi primera palabra,
mi primer pensamiento,
mi primera mirada,
mi primer beso,
el espejo en que me veo,
mi maestra, mi mentora...
Madre, tú mis cimientos,
y yo la casa
donde guardas dentro
todo tipo de enseñanzas
y de palabras de aliento.
Madre, ¡qué importa el dinero
si a ti te tengo, me basta con eso!
Rica soy en valores,
en cariño, en perdones,
en echarte flores,
pues a mí me sobra orgullo...
lo digo a los cuatro vientos,
¡orgullosa de mi madre!