miércoles, 3 de agosto de 2011

Nunca fui un buen vino....

Nunca fui un buen vino,
ni de buena mesa,
ni de santa iglesia,
ni de mala vida,
ni sirvo de dádiva...
Mas bien una cosa intermedia.
Nunca fui un buen vino
que en la garganta se atraviesa,
mis palabras fluyen,
vino peleón, hasta la cabeza.
-Se lo que me (te) digo,
no tengo vergüenza
mientras te lo escribo.
¡Brinda conmigo!

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