(Nana de los mayores)
Cuando la luna se va de fiesta,ella luce llena.
Y vacía mi botella
De blanco armiño,
mi niño,
dibuja su sonrisa
curvatura que deprisa
adivino en el espejo
de un mar quieto.
(A la luna le dió risa
-por mí o mi botella-
que hablase así de ella.)
Se subió a mi azotea,
y me prendó el taconeo
de su pose de flamenca.
-Tacatá.
¡Mírala!,
tan contenta
y a su son.
Sin ton,
pero conmigo.
Sin abrigo,
y al abrigo de la noche
que la lleva en su coche
de parranda y trasnoche
hacia otra madrugá.
-Tacatá,
tacatá,
tacatá.
La luna menguante
bailotea sin dueño.
Me roba el sueño
con su blanco guante
y su pícaro guiño.
¡Durmamos mi niño!
me encanta, Tacatá!:)
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