lunes, 30 de mayo de 2011

OJALÁ...

Ojalá me levantara una noche
sin ganas de escribir
y teniendo que no ir
a mi puesto de trabajo.
Ojalá lloviera en marzo
y amainara en Abril.
Ojalá las guerras
fueran a besos,
a risas, a almohadones,
¡buena forma de vivir
siendo tu mirada un fusil
y mi corazón proyectil
aniquilado!
Ojalá el hambre
fuera una forma sana de comer
hasta hartarse
y la libertad
un tipo de esclavitud
que encadenase a todos los humanos.
Ojalá la lluvia
fuera desastre natural
en el desierto
y créase ríos, lagos, valles,
ojalá
viajar en patera
fuera ir en primera clase.
Ojalá la prostitución,
la forma barata de dejarse querer
altruistamente
y la trata de blancas
no más que una partida de cartas
entre amigos.
Ojalá los traficantes
no fueran más que mercaderes
de coches,
y el terrorista
no más que un actor de teatro.
Ojalá todos
fuésemos toxicómanos,
y necesitásemos cada día
palabras de cariño y perdón,
y estuviésemos enganchados
a besos húmedos y a caricias planas,
¡ojalá fuesen drogas blandas
lo que ablanda el corazón!

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