jueves, 23 de junio de 2011

No podía ser de matemáticas...

(...la escribí hace algún tiempo...pero me veo tanto en ella, que me gustaría compatirla con todos vosotros... porque yo, de ninguna de las maneras, podía ser de matemáticas...)

No. No podía ser de matemáticas.
Los logaritmos se me enredan en el pensamiento
y se me caen los números cuando peino
mi espesa y larga cabellera.
A veces, pienso que mi cabeza
no es más que un expositor para
sostener tocados de poemas nuevos
y letras silvestres frescas.
No. No podía ser de matemáticas.
El álgebra nunca me ha interesado
mas que por lo bello de su origen.
Siempre
me ha sonado a álgive, a acequia, a alféizar.
Bien podría ser verbo de cálida esencia
y , entonces, mi corazón algibraría en mi pecho
como algibradas estarían tus pupilas
esta noche por mirarme, de ser adjetivo.
Tuvo que ser sustantivo matemático,
insustancial sustantivo,
insulso y subjetivo
por mi parte.
No. No podía ser de matemáticas.
Ni siquiera he disfrutado con la geometría
pués yo ya sabía que la tierra era redonda
y para nada más que eso servía.
Y claro, lo de contar los lados, no
era mas cuestión de matemáticas
que de historia, que de filosofía,
y de saber un poco de los griegos
-que sí que me sirven.
Etimológicamente
hablando.-
No. No podía ser de matemáticas.
Yo no entiendo de raíces cuadradas
sino de otras raíces , más profundas,
enrevesadas y redondas y puntas frágiles,
también, a veces, inexactas e irracionales
y que llegan hasta lo más profundo de
mi propia existencia,
hasta el magma,
hasta la materia inestable de la que
están hechos los sueños,
hasta el salistre,
hasta la ola,
hasta lo etéreo,
hasta la espuma del verso,
hasta la palabra sonora,
hasta el cáliz de mi propia sangre.
Son raíces éstas en verdad profundas,
fruto de la semilla de las letras frescas
que con su savia pura,
con su áureo néctar
hacen de la sabia flor madura.
No. No podía ser de matemáticas.

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