martes, 28 de junio de 2011

No queda atisbo de inmortalidad...

No. No queda atisbo de inmortalidad adentro mía
más que unos versos,
prematuros no quieren salir
y adentro los contengo,
con la furia de cagarlos,
a voces escupirlos,
con la pluma a trazos,
pulirlos, sacarlos...
y ahí están...
pero no salen.
¿Para qué? me digo a mí misma.
No hay nada más conmovedor
que nosotros mismos en estos momentos.
No hay nada que erice más la piel,
que trasmita tanto sentimiento...
Igualito, igualito a la poesía.

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