miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL ESPEJO

Se fue directa hacía el espejo, dando una profunda calada al cigarrillo que acababa de prender, le temblaba el pulso. Lo depositó en el cenicero del tocador, junto al autorretrato en blanco y negro que mostraba a una sonriente joven. Comparó su piel ajada con el cutis terso de la chica de otros tiempos e intentó adivinar aquel hoyuelo del lado izquierdo de la mejilla, enterrado ahora entre surcos de carne inerte, rugosa al tacto. Esbozó media sonrisa, por ver si lo encontraba... y sus dientes, amarillos por la nicotina, le reprocharon lo que ya sabía.

-¡Maldito vicio!- musitó observando la espiral de humo de aquel cigarro que se consumía como el tiempo que ya se le había ido.




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